domingo, 28 de noviembre de 2010

Bienvenida de nuevo, incertidumbre.

Siempre me he preguntado por la satisfacción y no específicamente por su término, sino más bien por mi encuentro con ella. Querría saber si consiste en una sensación de conformismo o de plenitud, o si un simple gesto podría encaminarme hacia ella.
Cuando me sonríes, ¿es satisfacción lo que siento? o por el contrario, ¿sería inconformismo comparado con la aspiración a una satisfacción más alta como la de tenerte en la cama a mi lado como si ambos fuésemos uno?
Todas las noches mi almohada es testigo de preguntas retóricas a cerca de ti y tus sensaciones. El qué recorre por tu cuerpo cuando rozo suavemente tu brazo y, como no, ese momento exacto en el que tus mejillas se preparan para el encuentro con las mías, o, incluso, el si tú ansías verme tanto como yo me impaciento por hacerlo.
Cuando creo que la respuesta está a punto de aparecer, el único que me contesta fiel, noche tras noche, es el tick-tack del reloj.

domingo, 14 de noviembre de 2010

Momento 5#

Sensación de inconformismo, de insatisfacción, de tener un ''algo'' (por llamarlo de una manera sin llegar a especificar) que me anime a continuar un pedregoso camino sin mis típicas malas caras.
Corrientucha, solían decir.
De cara al pasado lo único cierto de mí es que odiaba la plástica, no me incomodaba la soledad y que nadie tenía espectativas de que pudiese llegar a mi yo actual.
Mejor dicho, sin cambiar de tema, necesito un ''alguien'' atípico.
Pero el mundo se vino a chocar con una chica con un suave aire inconformista, por decirlo de una manera sutil y poco despreciativa.


jueves, 11 de noviembre de 2010

I used to collect some memories.

La melodía de la caja de música inundaba la habitación con esa cancioncilla tan peculiar que muy pocas cajas poseían, y si lo hacían, no con el mismo significado que esta tenía para mí.
La diminuta bailarina giraba sobre sí misma haciendo que mi mirada girase con ella, provocando un efecto hipnótico que destapaba recuerdos complejos a la hora de juzgar su valoración.
Las innumerables tardes de invierno eran mi recuerdo favorito. Aquellas en las que la calle parecía un mundo paralelo poblado únicamente de charcos y humedades, que nadie había descubierto.
Amaba sentarme con una taza de chocolate caliente en el alfeizar del ventanal de mi habitación, con la intención de contemplar las infinitas carreras en las que las pequeñas gotas participaban sin presentar objeción alguna.
Raramente encontraba una distracción mejor, pero algo que superaba mi curioso hobbie era sin duda ver como el vaho podía cubrir el empedrado y con él, la entrañable panadería que hacía que conmigo se despertase una sensación de hambruna a las seis de la mañana, de lunes a viernes.
Un rechinar de las bisagras de la puerta provocó un quebrar de mis pensamientos.
- Ellie, no comprendo como puedes soñar sin tan siquiera cerrar los ojos. Pon los pies en el suelo, cuando tengas más edad me lo agradecerás.
-Ya...
Y con el cerrar de la puerta empezó un nuevo despertar que comenzó con la creación de un barquito de papel que navegó calle abajo entre los charcos hasta su propia destrucción.

jueves, 4 de noviembre de 2010

Life in the fast-line.

Alcohol, un inconfundible olor a marihuana,un pestañear de las luces que iluminaban sala, una canción de The Kooks y tú y yo sentados en una mesa.
Algo típico, podría decir cualquiera, pero el estar tú hacía que lo corriente pasara a ser extraordinario en lo más profundo y orgulloso de mí.
Choque de miradas y lágrimas negras producidas por la mezcla de rimmel y tristeza con un ligero efecto post-bebida.
Caricias, roce de labios, más lágrimas y alguna que otra sonrisa.
Personas que te hacen ver el lado positivo de todo y pretenden que tu cara siempre este iluminada y no con surcos melancólicos bajo tus ojos.
Felicidad, tristeza, abrazos acogedores, cigarrillos y momentos únicos que crearon multitud de experiencias y emociones en una sola noche.