jueves, 30 de diciembre de 2010

Y dicen que los fumadores sufren de dependencia.

Uno de esos días en los que ves todo oscuro, sin vida, y objetivamente sin ningún punto optimista del que agarrarte.
Camino, sin saber si el paso que doy es hacia delante o hacia atrás.
Mis sentidos no perciben nada de lo que ocurre a mi alrededor,todo gira entorno a un caos sin explicación.
Sigo vagando sin percatarme de todo excepto esos estúpidos momentos que deberían ser prescindibles.
Tu sonrisa, siempre tan expresiva.
Tu tacto, siempre tan adictivo, más que la nicotina, añadiría si quisiese precisar.
Si fuese lista, olvidaría todo.
Mis sentimientos son más importantes que los tuyos. No es egoísta si conoces mi historia.
Puedo estar tanto en tus brazos como a tus pies.
Lo peor de todo es que ya nada me importa.
Sólo queda fumar y hacer que el mundo gire a mi alrededor en ese preciso momento en el que el papelillo se consume.

martes, 14 de diciembre de 2010

El ímpetu sobre la frustración.

Su imagen corrompía en sus más profundos pensamientos con el susurro de cada ráfaga de viento que él era capaz de percibir.
El olor a cigarrillos le traía a la mente sus dulces labios.
El pasar delante de una librería, sus largos dedos cuyas uñas estaban siempre pintadas de un color,negro, y sujetando un libro, frecuentemente de Miller, o de Orwell.
Los días de sol, a su piel, de tacto inimaginable, y a esos dos lunares característicos que se encontraban aislados en una pequeña parte de su hombro.
Y cada sonido, palabra, o melodía, siempre que fuesen agradables, se asemejaban a su voz.
Pasaba las tardes intentando aprender los apuntes de filosofía, pero, inconscientemente, su cerebro sólo se esforzaba por aprender el olor del perfume que acompañaba a su ropa.
Intentaba comprender complicadas ecuaciones pero el único dilema real era el qué hacer para no perder el sentido común.
Ya no había marcha atrás, se encontraba en el parque de siempre,a la hora de siempre y ella estaba allí,con una sonrisa dibujada en su rostro y con 1984 sujeto en la otra mano, cerrado, esperando a que él se acercara.

lunes, 6 de diciembre de 2010

La imaginación no cobra facturas económicas.

Pensábamos que quebraríamos sistemas.
Considerábamos la vida como hipocresía.
Imaginábamos situaciones que originarían política social .
Hablábamos de metas, sueños, propósitos y demás planes posibles,esquivando, en zig-zag,
cualquier tema relativo a la realidad que compartíamos.
Mascábamos chicle compitiendo para ver quién hacía la pompa mayor en una sala donde todas las miradas susurraban indignamiento o acusación de falta de educación.
Generabas electricidad en mí con únicamente besarme entre la oreja y la mejilla.
Me relatabas el mundo de extremo a final, de tal manera, que hacías que lo impuesto se asimilara con la propia nada.
Entrelazabas tu mano junto a la mía, haciéndome sentir estática debido a la sensación de conformismo que creabas al estar simplemente a mi lado.
Nos pasábamos el cigarrillo mientras cantábamos nuestras canciones sobre el sofá roído gris.
Tomábamos tazones de chocolate caliente contemplando, en el alféizar de la ventana,cómo éramos insignificantes comparados con la masa de gente que cruzaba los pasos de zebra de Gran Vía.
Hubiéramos sido libres si todo hubiese ido más allá de un simple fantaseo que una chica más,imagina en medio de una sosa clase de Matemáticas.