jueves, 27 de enero de 2011

Dime, ¿de qué color presenciaste el final?

No tengo ninguna historia que pueda ser contada, pero quiero escuchar la tuya. Dices que no puedes expresarla con palabras, por lo que agarras mi mano y me miras a los ojos.
En un ambiente de luces de neón y música, nadie se resiste a sonreir.
Sabes que si jugamos a este juego tienes todas las de perder.
No intentes probarme porque no tiendo a reaccionar bien, pero, para hacerlo más fácil, déjame ir a por una bebida y las cosas adquirirán cierta sencillez para ambos.
El tiempo no pasa, cuando no se le ve pasar.
Sinceramente, no recuerdo como acabé contándote historias tristes a cerca de mí misma, tampoco recuerdo cómo acabé confiando en ti, pero en ese momento, sabía que podía.
Supongo que predominaba algún tipo de intuición de los numeros fines de semana que pasamos tomando té en la cama.
Supongo que era feliz en tus boxers y en tu camiseta.
Supongo que no existía nadie en el mundo que te sustituyese.

sábado, 22 de enero de 2011

Dormir, siempre ayuda cuando no hay otro lugar a donde ir.

Me tienes donde quieres, pero una vez más, te diré que no me importa puesto que mi lengua ya se ha acostumbrado a mentir.
No me gustaría traficar con sentimientos, razón por la que no envidio el papel que desempeñas.
Mi consuelo; verte contra la pared.
Mi alegría; la desconozco.

Ponte en mi lugar.
¿Has sentido alguna vez que el mundo no es justo?
Si te identificas, aquí siempre serás bienvenido.
Sol
emos cantar canciones que evitan aguarle el día a tu mirada.
Nos deleitamos imaginando el Cielo, si es que existe, como un instante de sexo retenido.
Sonríe, llegó el momento de la pregunta; ¿qué es para ti un recuerdo; algo que se tiene o algo que se ha perdido? Si no sabes la respuesta aún te queda la almohada.


miércoles, 19 de enero de 2011

Tan realista como la sonrisa de las fotos escolares.

Sintiéndose con el ánimo algo más alto de lo habitual, decidió sentarse a escribir 14 cosas que la hacían feliz y enumerarlas según esas ideas brotasen de su cabeza de ese modo tan desordenado que encajaba con su concepto de orden.

1. Los días de lluvia o los que eran acompañados con neblina espesa.

2. Leer y creerse involucrada en la historia.

3. El sabor de aquellos labios fusionados con los suyos propios.

4. El estado zombie a la hora de zurcar la c
alle con los auriculares a punto de estallar en el interior de sus orejas.
5. Sentirse extranjera en su propia ciudad.
6. Aprender todo tipo de cosas que encajasen en su concepto de interesante.
7. Las carcajadas que producen dolor de estómago.
8. La reproducción de su canción favorita de la
semana encontrándose el ipod en modo aleatorio.
9. Superarse y superar lo que según su opinión, debía ser superado.

10. Recitar la escena de su película favorita como si del Buenosdías se tratara.

11. El palpitar de la ventana del messenger cuando eres tú quién saludas.

12. Descubrir que había personas para las que realmente ella era algo.

13. El momento en el que asumía la hipocresía y la conveniencia como quién hace que el agua descienda por su garganta.
14. Lo bien que sabía engañar y engañarse.

Lástima que no sea el momento de escribir las 14 cosas que harían que mi grado de felicidad no fuese ficticio o anti-materialista- pensó-.



domingo, 16 de enero de 2011

Una vida en cero coma.

El último sonido que oyó fue el boom de una bala. Tragándose sus palabras, sentimientos y emociones, dio media vuelta para no volver jamás.


miércoles, 12 de enero de 2011

Interpretación propia con una pizca de determinación.

Apagó su corazón a la vez que apagó el ordenador.
Su mente se fundió junto con el término decisión.
No más quiebres si de verdad existía algo de amor propio en su interior.
No más lágrimas si la dignidad alguna vez fue algo para alguien.
Quería vivir sin emociones que consiguiesen hacer variable su estado de ánimo.
Quería sonreír a su propio reflejo satisfactoriamente.
Dejar la hipocresía atrás.
Adornar con seguridad todo momento.
Pretender que sus pasos pareciesen más firmes que los de cualquiera.
No sentir miedo y disfrutar cada uno de sus placeres por mucho que fuesen perjudiciales.
Ser indiferente pero no pasar desapercibida.
¿Contradicción? No esta vez.
Avanzaba la película de su vida y no iba a tirar más momentos por la borda.