lunes, 21 de febrero de 2011

Me dijo, ''Pequeña, ten fe'', pero nunca respondió en qué.

Levántate, hace un día expléndido.
Lava tu cara, hazle una mueca al mundo.
Escoge tu jersey de punto favorito y cálzate tus botas, no es momento para cavilar entre el verde guisante y el azul aguamarino.
Es hora de perderse en las calles, hora de paralizar el reloj para que únicamente tú tomes el control, hora de lo que te dé la gana.
Que no te importe nada; que no te importe nadie.
Deja de comprar sus cigarrillos.
Deja de impregnar tu habitación con su perfume.
Deja todo atrás, no quieras continuar más este cuento de hadas polvoriento.
Tú eras como la heroína, no una droga, no, cara. Pero hemos llegado a tal punto en el que hablando de sexo te asocian con la valeriana. No es justo si lo único que se te daba mal era querer, ¿no crees? Simplemente es triste. Aun así, no te preocupes, tu cara es el menor de tus problemas.

lunes, 14 de febrero de 2011

Podemos calzarnos las botas y bailar country, si lo prefieres.

No me agarres de la mano, sabes que a la de tres solo habrá aire sujetando la tuya.
No me pidas que razone, cuando intuyes que nunca lo he hecho.

Afirmo que existen momentos en los que deseas encontrarte con ese alguien que hará que la soledad no parezca tan atractiva como la pintan; yo no me encuentro en ese período todavía.
El libertinaje destaca bañado en luces de neón que nunca tuviste y si no fue así, justifiquémoslo como mi momento de embarque hacia esa dirección en la que todo se realiza sobre la marcha, en la que todo se resuelve de motel en motel hasta alcanzar la ruta 66. En ese punto me quitaré los zapatos y bailaré agarrada de la lujuria al son de un vals sin sentido.
Puede que mis ojos verdes te parezcan tan dulces como el tequila. Después de todo, nadie te pidió que te fijases en ellos.
Yo veo el sol naciente mientras tú lo ves poniente
No hay ni un leve grado de lástima, lo siento.

martes, 8 de febrero de 2011

La última rosa inglesa.

Porque siempre hay canciones que despiertan lo que parecía muerto en tu interior.



Ah sometimes you can’t change
There’ll be no place
Ce soir, disons chez moi
Enfin je compte de toi
Je te drague la rose mystique
Tu l’arroses mystique?
Ha, vas-y
C’est mon monde de soleil.

Pete Doherty.

miércoles, 2 de febrero de 2011

La elasticidad de un chicle no es infinita.

Si tuviese que escoger un momento de los numerosos que vivimos, no sabría.
Si tuviese que elegir alguno de tus besos, te sorprenderías, vivo en un mundo de indecisiones con sabor a menta y de mentiras de tacto rugoso.
Mis vicios tienen que ver contigo.
Mis tropiezos dependen de ti.
Mi alegría se caracteriza por las esposas que la unen a la tuya.
Tú eres como el bambú, yo soy la tormenta.

Disfruto con las idioteces e imprudencias que me hacen fumar cigarrillo tras cigarrillos.
Sufro con la opacidad de nuestras mentes trastornadas.
Si mis dudas fuesen almacenadas,un armario sería insuficiente.El caotismo ya forma parte de mi vida, así que no esperes clasificación alguna en esta peque
ña tormenta que brota de mi utopía inalcanzable.
Soy tu mundo paralelo, es hora de asumirlo como más allá de un simple concepto.


No estiraré más este chicle, no por ahora.