martes, 14 de diciembre de 2010

El ímpetu sobre la frustración.

Su imagen corrompía en sus más profundos pensamientos con el susurro de cada ráfaga de viento que él era capaz de percibir.
El olor a cigarrillos le traía a la mente sus dulces labios.
El pasar delante de una librería, sus largos dedos cuyas uñas estaban siempre pintadas de un color,negro, y sujetando un libro, frecuentemente de Miller, o de Orwell.
Los días de sol, a su piel, de tacto inimaginable, y a esos dos lunares característicos que se encontraban aislados en una pequeña parte de su hombro.
Y cada sonido, palabra, o melodía, siempre que fuesen agradables, se asemejaban a su voz.
Pasaba las tardes intentando aprender los apuntes de filosofía, pero, inconscientemente, su cerebro sólo se esforzaba por aprender el olor del perfume que acompañaba a su ropa.
Intentaba comprender complicadas ecuaciones pero el único dilema real era el qué hacer para no perder el sentido común.
Ya no había marcha atrás, se encontraba en el parque de siempre,a la hora de siempre y ella estaba allí,con una sonrisa dibujada en su rostro y con 1984 sujeto en la otra mano, cerrado, esperando a que él se acercara.

6 comentarios:

  1. siempre me encanta lo que escribes :)

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  2. uyuyuy, esa historia la quiero yo contandita por ti.

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  3. Te echo de menos tontita y eso que no hace ni una semana que te has ido ♥

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  4. heii!! pasate por aqui!! http://cantando-enla-lluvia.blogspot.com/

    juro que te encanta, parece thu estilo... pero no lo sé!! recomiendalo si te gusta!! porfa!! !

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  5. que bonita entrada! voy a seguir cotilleando, pero antes de despedirme quería invitarte a mi baúl,por si quieres compartir algún sueño con todos los amigos de Coquette.
    te esperamos!
    hasta pronto =)

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