jueves, 15 de julio de 2010

Dreamy Blondie.

Aguardaba sentada en una cafetería de estilo años sesenta, tan sólo trabajaba, no disfrutaba de su vida, simplemente se dedicaba a complacer a los demás.
Su cabello, rubio, caía sobre sus pálidos hombros y en su pálida tez, destacaban unos labios que habían sido coloreados de un tono rosa que resaltaba más su blancura.
Su trabajo comenzaba desde la salida del sol hasta la puesta de éste, pero ella lo sabía llevar con calma, siempre con una sonrisa que alegraba el día hasta a los clientes más testarudos.
La gente se preguntaba el por qué pero ella nunca respondió ante este rumor que circulaba por la cafetería y alrededores, por el simple hecho de que no quería compartir su felicidad con otros, ya que temían que se mofasen de ella.
Su pequeño secreto no era más que una simple esperanza de que algún día, alguien que la valorase más que como una simple camarera la sacase de ese pequeño lugar para poder aspirar a ser algo más. Así mismo, soñaba que el olor de su cuerpo no fuese el característico aroma de los bollitos que ella misma horneaba; quería ser normal, una chica más de ciudad y sabría que tarde o temprano su propósito y sueño sería realizado.
Sólo tenía 19, y toda una vida por delante.

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